Artículo: La música y la salud del cuentero

En algún momento de los talleres que dicto en una universidad local, toco el tema de la música como disparador creativo para la construcción de narraciones. Animo a mis alumnos a componer un texto al escuchar alguna canción que les agrade, o que descubran en el camino dejando en aleatorio el reproductor que escojan. Beneficios de la digitalidad.

Casi desde pequeño descubrí el poder de la música. En las reuniones juveniles que se organizaban en casa con mi madre y amigos de la universidad suyos, escuchar canciones interpretadas a punta de guitarra y verlos disfrutar de waynos zapateadores, me hizo reconocer una alegría gratuita.

Con el tiempo se formó mi propia lista de canciones favoritas. Cuento siempre esa anécdota a mis alumnos: tarareando a través del teléfono, un discjockey de una radio local, allá por el 86 u 87, descubrió la canción que le pedía, cual era “Mr. Roboto” de Styx; otra que cuento es que, después de cuatro años, pude ir a un concierto de Mar de Copas y disfrutar de la canción “Suna”, en vivo y en directo, la cual una noche del 2001, me ayudó a pasar un mal momento que vivía. Tantas historias relacionadas pero que, sin querer, hacen descubrir hasta los beneficios a la salud de ser melómano.

La música reduce la ansiedad al rebajar los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés. Contribuye a reducir el dolor al hacer que se liberen endorfinas, que actúan como analgésicos naturales. Ayuda en desórdenes neurológicos como el Alzheimer, Parkinson o Autismo. La música fortalece el sistema inmunológico al aumentar la producción de plaquetas, estimula los linfocitos y la protección celular.

Escuchar canciones que nos devuelvan a mejores épocas, aumenta el optimismo y protege el envejecimiento cerebral, en especial combate la depresión. Reduce la presión arterial según una investigación de la Sociedad Estadounidense de Hipertensión, en Nueva Orleans, indica que escuchar 30 minutos de música puede reducir significativamente la presión arterial alta. En este caso música instrumental, aunque a veces escuchar Rhapsody on Fire me ayudó a relajarme antes de alguna prueba.

Y para aquellos que tocan algún instrumento, según un estudio publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience, tocarlo reduce los efectos del deterioro mental asociado al envejecimiento.

Una última anécdota: una canción de mi niñez se quedó en mi mente y me acompañó décadas, con su intenso solo de saxofón. Una semana del 2011, le pregunté a Wilber Ávalos, de Radio San Martín sobre la canción y de nuevo la tarareé. Me devolvió el nombre correcto del tema y me reencontré con una amiga que nunca más me abandonará y que significa mucho para mi como es la impresionante “Baker Street” de Gerry Rafferty. Mi querido amigo y colega periodista Jorge Luis Zuloaga Pinto, fallecido algunos años atrás, estaría de acuerdo conmigo en estos momentos. ¿Como esa canción nos unió más en amistad?, algún día lo contaré, mientras, disfruten ese solo de saxofón glorioso.

Baker Street – Gerry Rafferty https://www.youtube.com/watch?v=NhJNX6yYEDE

Mr Roboto https://www.youtube.com/watch?v=uc6f_2nPSX8

Suna  https://www.youtube.com/watch?v=PJHGfN225g8

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Por: Sarko Medima Hinojosa, artículo publicado hoy en Diario Los Andes

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