La experiencia del Biocentro Güembé en Santa Cruz – Bolivia, presenta un modelo de institución que combina el cuidado de la naturaleza con la experiencia de relax y entretenimiento que es biomigable y se puede aplicar a nuestra realidad.

¿Se puede combinar un proyecto sustentable económicamente sin dañar la naturaleza? Güembé Biocentro está ubicado en el Urubó, los terrenos aún vírgenes cercanos a Santa Cruz en Bolivia. A menos de media hora de Equipetrol, principal zona comercial, hotelera y empresarial de la ciudad.Claro, eso en su historia reciente porque hace 10 años, este emprendimiento propuesto por Carlos Rezniceck, era una locura.

Nadie en su sano juicio le pudo convencer de que su proyecto de hacer sustentables sus 24 hectáreas de terreno en pleno Urubó, sin dañar la naturaleza ni afectarla, era imposible. “En un inicio me vine a descansar y pasar mi jubilación, pero aún así de algo teníamos que vivir”, nos comenta. Fue en uno de sus paseos por su terreno que descubrió que habían muchas clases de mariposas y de allí le surgió una idea: hacer un mariposario y que las personas vengan a verlas, y paguen por la entrada.

Claro que del dicho al hecho hay mucho trecho y eso lo comprobó los primero años, en que una serie de dificultades puso en riesgo su emprendimiento. “Todo es aprendizaje, en un inicio tuvimos que aprender dónde encontrar las mariposas, sus huevos, qué comían las orugas, su cuidado. Prueba y error”. Uno no lo cree del todo al visitar el centro y hacer el recorrido oficial, el cual tarda unos 45 minutos pero permite tener una experiencia única con la naturaleza. Y es que el orden y funcionamiento con exactitud alemana,hace sentir que todo fluye y no presenta dificultades.

Recorrido
Todo empieza justo en la sala de crianza de las orugas, un lugar con temperatura regulada y donde los huevecillos eclosionados de las mariposas dan lugar a unos hambrientos y largos insectos de infinidad deformas, pero todos comelones. Una vez que se forma la pupa, son colocados en un lugar especial donde saldrán los especímenes adultos que serán llevados a un espacio especial dentro del mismo complejo.

Hacia allá nos dirigimos, no sin antes pasar por el terrario con varias especies como tarántulas, las mismas termitas, un lagarto enorme,varias tortugas marinas y otros animales más que necesitan de la humedad y la sombra para vivir. Cada uno de estos “huéspedes” tiene su historia. En el transcurso de los primeros años, las personas no solo venían a ver las mariposas, sino que empezaron a traer animales que no podían tener en casa como mascotas. “Nos dejaban muchas tortugas y otros animales, nosotros contentos de poder ayudar a que sobrevivan esos animalitos, pero pronto descubrimos que no era así nomás la cosa, había que tener permisos y casi nos cierran por eso”, relata Rezniceck.
Las mariposas tienen una misión importante para el equilibrio de la naturaleza, ya que son las encargadas de polinizar los bosque se indicadoras de la armonía de los ecosistemas.

Fue por eso que tuvieron que reacomodar todo para funcionar como un centro de acogida de animales. Las especies exóticas decomisadas por la policía o rechazadas por sus dueños que no pueden volver a su hábitat natural tienen un lugar aquí. Por eso hay un apiario, una isla de monos, otra enrejada con monos araña, un ñu, un tapir (que pertenecía a un narcotraficante), un inmenso lugar donde retozan más de 100 tortugas y un aviario gigantesco. Este último se construyó pensando en que iba a ser el mariposario, pero resultó que las más de 50 especies de lepidópteros que crían en el lugar a lo largo del año, se perdían en la inmensidad de la jaula. No desaprovecharon el complejo y lo habilitaron para aves. Tiene 2 mil 500 metros cuadrados y una torre de observación de más de 35 metros que permite ver la selva circundante. Un espectáculo visual acompañado por el ruido de cientos de aves de 35 especies entre parabas, tucanes, pajarillos, guacamayos y pavos reales de fascinantes plumajes, rescatados por la policía silvestre del país.



Resort
Pero no todo se sustenta con las visitas a estos espacios naturales, conviviendo con la naturaleza, los dueños han construido un resort de lujo. Un sendero conduce a las primeras 10 piscinas naturales, a desnivel y acondicionadas para grandes y chicos. Siguiendo el curso de las aguas en descenso, el tour conduce a las lagunas para realizar paseos en kayak. Una piscina más grande denominada “Amboró” es un espacio ideal para conciertos y descanso, siguiendo la lógica de acondicionar los espacios a la naturaleza y no al contrario. Hay lugar entonces para la práctica de deportes al aire libre,caminatas y paseos a caballo o carroza, además de áreas para la meditación.

Güembé cuenta con cabañas bien acondicionadas y confortables, diseminadas en medio de exóticos jardines, provistas de todos los servicios. Hay restaurantes y centros de reuniones que abren no sol para los huéspedes, sino para los visitantes de fin de semana. Las modalidades de hospedaje varían desde cabañas estilo campestre, cabañas de estilo europeo,casas de campo y suites, con tarifas módicas. Hay una modalidad de camping en un área de bosque especialmente diseñado para quienes prefieren un mayor contacto con la naturaleza. Estos espacios cuentan con agua potable,electricidad, parrilleras para el gusto de cada quién. Se puede conocer más en www.biocentroguembe.com para comprender que se puede hacer un proyecto sustentable económicamente que da trabajo a decenas de personas pero que respeta la naturaleza y aporta a su conservación.


El experimento peruano
En nuestro país puede aplicarse este sistema, por lo menos lo del mariposiario es ya una realidad en Tampopata. Y es que un grupo de mujeres de la provincia de Rioja, en la región San Martín, está sacando adelante Morpho Azul, con el que se busca impulsar el desarrollo del turismo rural comunitario en la zona.
El sitio es gestionado por la comunidad Unidos por Palestina.Con el ejemplo boliviano puede convertirse también en un lugar sustentable y turístico que beneficie a los lugareños. También es un proyecto necesario porque las mujeres que están agrupadas en la Asociación de Desarrollo Económico Unidos por Palestina (ADESUP), crearon este proyecto con el objetivo de preservar a las mariposas, que están desapareciendo en la zona producto de la deforestación. Una de las especies a salvar es la maravillosa Monarca (Danausplexippus).
Texto y fotos: Sarko Medina Hinojosa
Artículo aparecido en la Revista Bitácora:

