El Misti en el año 3,000

Por: Sarko Medina Hinojosa

Presentación

Agradecido con Elton Honores por la oportunidad de presentar este rescate literario de un compatriota mío como es Porfirio César, aunque, según el estudio preliminar a este rescate, se afirma que es un seudónimo y no hay nada que niegue que efectivamente el autor trató de ocultar su identidad real por algo de vergüenza, o simplemente no verse afectado en su desarrollo profesional.

Es compartido este sentir, es poco probable que en tiempos como en el que se escribió el libro, década del 50 del siglo pasado, un texto así hubiera encumbrado a su autor a mejores palestras literarias y reconocimientos. Cuanto más Arequipa y sus lectores estaban embelesados con autores europeos, despreciaba a los autores locales que no fueran historiadores o renegaba de historias que no fueran reales. Lejos ya quedaba la influencia del grupo Aquelarre que a inicios del nuevo siglo intentaron darle nueva voz a la literatura regional: Percy Gibson, César Atahualpa Rodríguez, Federico Agüero Bueno y Renato Morales de Rivera, pero siempre bajo la estética realista, poco afecta a contar historias más allá del realismo, ya que la fantasía estaba reservada para las leyendas, las cuales sí abundaban, como la de Mónica, la Sirena del puente Bolognesi, el Cura sin cabeza, incluso cuentos de horror que se contaban a los adolescentes como advertencia de amores prohibidos como la emparedada de la casa de Yanahuara o los duendes mortales del Rio Chili.

Tampoco andaban con ganas de leer cuentos futuros por los padecimientos políticos o las revueltas que de tanto en tanto los ciudadanos orquestaban. Valga recordar la Revolución del 50 en la que estudiantes del emblemático colegio Independencia fundado por el mismísimo libertador Simon Bolívar se enfrentaron contra las autoridades exigiendo mejoras académicas.

Mejores suertes no han tenido subsiguientes escritores de ciencia ficción o de literatura de género, opacados o minimizados por la literatura de canon que impera en nuestro medio pero que, a mitad de los 90 y ya consolidada en el primer decenio del milenio, ha surgido para exponer que de ciencia ficción, fantasía y demás literatura de género, se escribe en Arequipa. Y gracias a esfuerzos como este, nos demuestran que, aún desconsiderada en los índices de libros peruanos, la literatura de ciencia ficción o especulación científica e histórica tuvo raíces ¡Y qué raíces! Enhorabuena el conocer a un colega escritor que vislumbró a nuestra Arequipa en el año 3 mil.

Portada del libro

Contenido

La primera parte, la conversación entre Froilán Menéndez representante obrero (pero imposible no identificar con los characatos o ccalas) con Claudio C. Vela (obviamente un misti, un gamonal de ciudad) ofrece un sabroso intercambio de insultos que muestran la relación del hombre del campo con el citadino. En Arequipa esto es cruzando un par de calles y más en esos tiempos en que todo el centro estaba cercado por chacras y más chacras. Las cuarenta cuadras que corresponden al centro histórico resguardaban a una clase dominante que despreciaba al hombre del campo, pese a que estos, incluso, tendrían mayor dinero acumulado en tierras, pero de vivencias más tradicionalistas con las costumbres de la cría de ganado y siembra. Esto se refleja en la colección de libros El Texao de Juan Guillermo Carpio Muñoz, folckorista e historiador que tuvo a bien rescatar en su magna obra las costumbres de aquellos años.

Así el misti en este caso Don Claudio, era siempre rechazado por blandengue y el characato por bruto. Nada tenía que ver el tema de la piel, pues ambos eran incluso trigueños por herencia de raza, sus inicios lo relatan así. Me imagino a ambos personajes y no puedo dejar de reír por la puyas que entre ambos se lanzaban, enrostrándose las revoluciones que uno promovía y la lambisconería hacia la capital que el otro denostaba. No paro de imaginármelos porque son parte del intercambio natural en esta ciudad cuando dos contrarios se encuentran, lo sardónico no deja de fluir y cuanto más sarcástico y menos directo el insulto mejor recibido y mayor respondido.

La segunda parte es ya la visión del obrero cala Froilán puesta en práctica, el teleférico hacia el volcán Misti y el hotel del visionario Perea Brogalino. La ciudad ya no queda nada y lo único que queda es la Catedral y la Plaza de armas. Ellas representan Arequipa y si se hablaría de su eliminación total como tal, ambos espacios deberán destruirse aun en pluma, si sobreviven, sobrevive Arequipa, es indudable para quien vive por estos pagos calcinados por el sol, de allí comprensible que el autor dejara levantados estos restos arqueológicos, cercados por rascacielos de diferentes usos que bien define, pero con esos artefactos del ideario regional impolutos.

En esta parte hay una referencia al Albergue Chavez de la Rosa, como es sabido el obispo Pedro José Chavez de la Rosa, fundó el albergue por el 1788 y dispuso que los huérfanos recibieran su apellido. 1431 niños y niñas, se contabiliza que habitaron en los mejores años de este complejo y cientos de ellos desperdigaron el apellido. La broma interna sobre el destino de los huérfanos a obreros o escritores es muy directa y si no fuera que soy escritor la festejaría. El destino del país y de Arequipa misma saboteada por el capitalismo y enterrando lo académico es un tenebroso futuro que estamos tocando con las manos. Visionario mi paisano, pero terrorífica su capacidad de profeta. Aunque en su escrito la fuerza de la ciencia vence y surge una especie de tecnocracia, si se me permite identificar. Y es que ese futuro está exento de espiritualidad como la conocemos ahora, incluso menciona que ya ni se cree en el diablo sino en el poder de las maquinas, una característica de las tecnocracias, al estilo de Los Sorias libro de Alberto Laiseca, es justamente la falta de fe, que contrasta en demasía en una característica de Arequipa que es el catolicismo arraigado. También se confunde con ese nuevo mundo futuro el capitalismo feroz, siendo incluso llamados a los Elon Mask del futuro como: supercapitalistas. Me atrevo a pensar que mi paisano se adelantó en el tiempo con este concepto, ya que efectivamente, los multimillonarios, por lo menos la lista que Forbes ha sacado últimamente, 4 de los 10 se les reconoce como impulsadores científicos, y los demás hacen su fortuna sobre el uso de la ciencia en el mercado. Esta simbiosis billgeitiana la representa el personaje de Perea, quien no solo está interesado en ganar millones sino que, con buen ojo, reconoció, en la ficción del libro, la potencialidad de las ideas del obrero e idealista Froilán para construir los teleféricos al Misti y construir un hotel sui géneris que le permite vivir holgado, no sin el miedo constante de que su anfitrión macizo un día se rebele como los habitantes de estas tierras y le haga la revolución con lava y cenizas a su gamonalismo turístico.      

Destaco también la simpleza de definir el viaje espacial hacia la Luna de uno de los personajes: energía atómica, sencillamente y la mención del éter, espacio misterioso que da para mayores teorías de la física pero que encuentra en la ciencia ficción mayores usos.

Un guiño es el reclamo en la parte tres a la empresa Gloria hecha por Froilán, que ya en esos años veía como la explotación del ganadero arequipeño no conduciría nada más que a un nuevo tipo de gamonalismo y pobreza para el productor, lo cual es de una actualidad que estremece.

Otro de los puntos a destacar es que, sin mediar explicaciones, se habla de marcianos, venusinos aunque con nombres heredados de Arequipa como es el Nájar, interés amoroso de la hija del inversor que se hizo rico con las ideas de Froilán. Cabe destacar el pedido de Mampira, la novia, que exige tiernamente a su novio que, una vez casados regresen a vivir a Arequipa, que lugar mejor no hay afirma. Bien conocido es el vals escrito por Mario Cavagnaro Llerena “El regreso” que en una de sus estrofas dice a la letra. “Y cuando yo muera que me entierren en tu suelo y algún día bajo el cielo unas flores crecerán, será mi alma asomándose a la vida desde mi tierra querida para ver a mi volcán”, representando esa actitud perene de los arequipeños de que, en cualquiera sea el lugar donde habiten, sueñan con regresar y vivir sus últimos días en esta campiña.

Apreciación

Lo que hace rico el texto, a mi parecer para no seguir adelantando escenas, es que el autor supo impregnar con las costumbres arequipeñas a sus personajes, así estén en la Luna o Marte, en una boda o un paseo de universitarios. Esa riqueza perdida y ahora encontrada por Elton Honores, nos habla de esa manía terrible del escritor arequipeño a medir el mundo desde su pluma, pero, para efectos de la historia, de qué manera se puede dejar mejor impronta en el tiempo que hablando desde lo que somos al final, aun con errores y taras: tradicionalismos, revoluciones y fe, como en alguna parte el mismo autor define estas tierras. Porque el ser arequipeño es ser universal, disculparán y no lo digo yo, que es uno de los personajes quien exclama sin error: “¿En que parte del universo no se hallarán los arequipeños?”  

El autor conoce de qué pie cojea sus paisanos y hace una suerte de burla asolapada a esas características, pero, aún haciéndolo, no abandona la idea de imaginar una Arequipa moderna y espacial, con espaciopuertos y turismo interplanetario, como en esa época empezaban a vislumbrar autores en otras partes del mundo. No es una space opera propiamente dicha, no existe mayor aventura en sus páginas que un matrimonio. Pero si es la simiente de una especulación científica basada en el entorno, ciencia ficción en el tratamiento de los viajes y los remplazos mecánicos de partes del cuerpo humano que hace referencia y, como ya indiqué a mi parecer, el preludio de una tecnocracia.

Apuntes finales

Tres apuntes antes de terminar: El Misti ahora se sabe, tiene un ciclo de erupciones que van de los 500 a los 700 años, así que es posible que nuestra generación vea una antes de que se construya algún hotel en su cima o se cultiven sus faldas.

http://ovi.ingemmet.gob.pe/?page_id=126

El Ubinas es considerado como ese desfogue que se habla en el libro, permitiendo que el Misti siga en su sueño supuestamente, pero, hace ya algunos años que no presenta actividad el vecino volcán…

http://ovi.ingemmet.gob.pe/?page_id=418

Tercero, Existe un pequeño teleférico que lleva material para las maquinarias de la hidroeléctrica Charcani, que se encuentra a un costado del cono tutelar, pero no es con fines turísticos.

Sin embargo, el presidente regional Daniel Vera Ballón, allá por el 2005 propuso el tema de los andariveles hacia la cumbre del volcán. Y en el año 2017, unos franceses, animados por la posibilidad de hacer dinero por estos pueblos propusieron que se haga un teleférico hacia el Misti con fines turísticos. La idea, esa vez, calo hondo y hasta se apostaron algunos soles… pero la pandemia acabó con cualquier inversor y allí quedó la propuesta hasta el día de hoy.

Coda

Como ven se cumple en este libro con una de las premisas que hacen válida la ciencia ficción: el proponer futuros basados en los adelantos del presente, impulsados por imaginar el futuro. Porfirio, o quién se ocultara bajo ese seudónimo, escribió un libro que debe perdurar como ejemplo de la literatura de género en nuestro país. Gracias nuevamente a Elton Honores y a editorial Maquinaciones por apostar por este rescate literario que nos enorgullece. Gracias.

Descargar gratuitamente el libro:

https://lektu.com/l/grafos-maquinaciones/el-misti-en-el-ano-3000/19524

1 comentario en “El Misti en el año 3,000

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