#Microcuento: Pareidolia de la última sonrisa

Dicen que cuando encuentres una sonrisa, atesórala. 37 años he visto esa sonrisa al entrar a mi oficina. Hoy me jubilo, es mi último día y la miro con detenimiento. Hecha de la cabeza de dos tornillos estrella y un semicírculo, esa cara sonriente me recordó que debo entrar de mañana alegre y salir de tarde alegre. Ingresar así porque tengo trabajo, y retirarme así porque no dura para siempre y tengo una vida después de 8 horas.

He visto crecer a algunos para convertirse de practicantes en jefes, a jefes salir más rápido por la puerta que repartidores de comida. He visto amores desgarrarse en el baño y a otros concretarse luego de una fiesta de fin de año. He escuchado las historias más aterradoras y contemplado las más aterradoras verdades discurrir en falsedades que las pastillas terminaron por callar. No he necesitado salir de mi metro y medio por dos para saber del mundo, el mundo ha llegado a mí de las maneras más insoportables para el ser humano. Por mis oídos he sentido la perversidad del planeta más que cientos de guerras inhumanas que afuera pudieron librarse. Pero, nunca, nunca, dejé de sonreír, esa es la marca de mi institución y hasta el último día no la dejé de esgrimir en mi tosca y arrugada cara de sesentón.

Espero que mi remplazo encuentre fuerza en esa sonrisa pegada al piso, la más cuerda de todo el establecimiento, porque ser el portero en un manicomio no es fácil. Adiós.

Por: Sarko Medina Hinojosa
Arequipa, 4 de enero del 2023

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s