Y quisiera soñar ser grande y abarcar el mundo entero, con las corrientes del mar llegar a lugares donde sólo imaginamos los de mi especie. Saltar de roca en roca descubriendo manjares y velar porque las crías nazcan sin peligro.
Pero no puedo.
Y quisiera que el hombre no nos elimine solo por placer, para así no tener que cuidarnos en el vuelo, evitando los peligros de acercarnos a ellos, sin temor a que nos peguen, nos capturen, nos usen para adorno o comida.
Pero no puedo.
Y quisiera que las plantas crezcan libres, que se expandan hasta donde puedan, que allí vivan los animales de la tierra, sin que nadie, más que entre ellos, se coman. Hay un orden y ese orden se conserva, así lleguen grandes lluvias, así lleguen tiempos de seca.
Pero no puedo.
Y quisiera que las montañas sigan con hielo, que los ríos traigan agua y no se los mate, que en los océanos no floten restos que asesinen, que no arrastren en redes a aquellos que después ni para alimento servirán.
Pero no puedo.
Y quisiera que los humanos no compitan contra nosotros, que dejen de matar lo poco que queda, que no usen a su gusto la tierra, como si de un basurero se tratara. Cada día los veo caminando hacia donde ni siquiera ellos saben.
Pero no puedo.
Y quisiera poder mirar en el futuro y encontrar aquella paz, si alguna vez habrá, para poder adelantarla, contarle a los hombres el cómo lograrla y que sanen sus heridas.
Pero no puedo.
Porque para los hombres solo soy un animal sin alma, que no piensa, que no sueña, un objeto nada más. +++++++++++++++++++++++++++++ Por: Sarko Medina Hinojosa