La infinita ternura de una madre al dormir a su niño,
La piedad de un misionero al rezar por un moribundo,
Mi orgullo al mirar mis manos calcinadas en el trabajo,
—-Son sentimientos tan reales, tan ficticios——-
Los sueños de un niño mirando las nubes,
Los mares de sangre y terror volcados en mi país diariamente,
Tus llantos al despedirte del amor que dañó tu corazón,
—–Son sentimientos tan palpables, tan irreales——-
Hoy que estoy tan triste
Y la pena me pesa un universo
No quiero verte de colores
En un día de insípido sabor.
Busquemos a la noche
Y en ella ocultaremos juntos
Las penas que me embargan.
Los días de caminar en inocencia,
Me arden en el pálpito de saberlos vacíos.
Un sábado violeta, la soledad de un farol roto
Los lagares de mustio vino bebido por tantos tontos,
Me despierta la furia que me condena.
La tristeza lucha en mi pecho contra la calidez de tu compañía
Y mis ojos de gris se disfrazan para la pantomima de saberme desolado.
Los anhelos se van de mi mesa,
Tus sacudidas me suenan a metal,
Me causa envidia tu ánimo por caminar
Las hojas me rozan la cara húmeda del mar que desbordó mis ojos.
Quédate entonces
Quédate que el día morirá un poco más allá.
Buscaremos un camino muerto de sal y lo acariciaremos
Para que nazcan colores al costado de su columna vertebral
Llegaremos al límite del sol en la tierra
Y nos dejaremos bañar con sus llamas
Y al ingresar a la noche resaltaremos las estrellas
Hoy que me decidí a no estar callado
Tu risa ante mi inutilidad me vuelve a animar
Hoy que mis extraños deseos se estaban convirtiendo en cenizas
Que ahora recogeré en el mar de tu cuerpo
Acompáñame amiga de mis días
Sacúdeme de la soledad mustia
Mójame las manos con tu sudor
Revélame el milagro de tu aliento en mi cuello
Sacúdeme con el terremoto de tus olvidos
—–Entonces—-
Me voy callando mejor
Porque veo al niño cumplir con su destino
Veo al pueblo levantándose contra el tirano
Siento que te sacudes del pasado y avanzas conmigo hacia lo desconocido,
Valiente y sin miedo…
¡Vamos entonces en silencio y haciendo,
Devorando la tristeza para transformarla en materia,
Que inyecta alegría y diáfana paz!
No me importa que me llamen iluso al vencer a la tristeza,
Hoy lo haré contigo,
Mañana otra nueva batalla nacerá, la cual habremos de vencer
¿No lo piensas así?
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Por: Sarko Medina Hinojosa
