Muchas gracias a Revista Kametsa por considerar un poema mío para su edición número 5 de sus ediciones satélite. Gracias a Emilio Martin Paz Panana por su constante apoyo a la difusión de la poesía y la narrativa no solo peruana, sino mundial.
Comparto el poema que fue escogido y que aún me retumba.
La mariposa amarilla en el río rojo
Aguas arriba
Señala el tiempo entre recuerdos
Y los hace preguntas
Que formulo a ciegas
A la mariposa amarilla
En su pecho
Que surcan sin guía
Por el universo de una niñez feliz
Con cuatro panes
En una mesa y té
El abandonador dejando un par
De soles mustios de color plomo
No duró mucho
Nos fuimos por el cauce
Las piedras
Los troncos
Evitando que nademos contracorriente
Haciéndolo de madrugada
Mis manos despellejadas
Las plumas en el mercado y los ríos
Los recuerdo bien
Bajando gota a gota
Del cuello
De un ave quebrada por mis manos
Ese mismo cauce
Me lleva hoy río arriba
A donde yace ese muchacho
Salido de la misma fuente
De mis entrañas de ave tuerta
De muchacha ilusa
Un mar se formó en mi dentro
Y un día desbocó en ese niño
Que navegó conmigo
Obediente al cierre de puerta
Estudiando a pura vela
En cuadernos de ladrillos
Que se juntó con otros
Cuando el cuerpo se le hizo recio
La mirada esquiva
Me dejaba la comida fría
Las madrugadas esperando
La muerte siempre acechando
Fiel compañera
Inevitable
Y el río
Retumbando en mi
Y ahora
Ya cerca del naciente
Miro los agujeros
De donde
Nace el agua roja
Cerca de las alas
Que se tatuó a escondidas
Y
Por fin
Puedo soltar mi propio río
Por mis mejillas
En catarata
Hasta que cae en ese otro ramal
Y en algo humedece
Vaporiza
Hiela
Sana
Purifica
Clarifica
El pecho de mi niño roto