#Microcuento Parusía

Sabíamos todos que era el final del mundo, porque el cielo se abrió y una legión de palomas bajó, seguidas del mismísimo Hijo de Dios. Ahora que todo ha pasado y comienza la Eternidad, algo no me quedó nunca claro y me estremezco al pensarlo. Y es que mi vecino, que la molía a golpes a su mujer cada fin de semana, aseguraba con los ojos desorbitados que eran demonios alados los que bajaban del cielo…

Por: Sarko Medina Hinojosa

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